En Agosto de 1800 se desata en Triana un epidemia de fiebre amarilla que se extiende rápidamente al resto de la ciudad, solo un tercio de la población quedó indemne y murieron unas 15.000 personas. Se celebraron múltiples ejercicios piadosos, entre ellos la salida en rogativas del Cristo de Amor el 16 de Septiembre. Ya a partir de 1803 resurge la Hermandad con gran pujanza y fuerza, lo que se demuestra por el ingreso ese año de 346 hermanos muchos de ellos de las clases altas de la sociedad sevillana y de fuera del barrio.
En esos años, de gran bonanza económica, se restaura Ntra. Sra. del Socorro al parecer por Juan de Astorga miembro de la Corporación y que también restauraría las tallas de Santiago, San Pedro y San Juan, y realizaría cuatro hebreos para el Paso de Misterio.
Otro signo de renovación es la creación en 1803 del llamado “cuerpo de los señores nazarenos” surgido a raíz de la supresión de disciplinantes, antes solo practicaban esta modalidad las Hermandades de Jesús Nazareno, Gran Poder y Tres Necesidades.
Para encabezar dicho cuerpo de Señores Nazarenos se encarga, en el Cabildo de oficiales del 7 de Agosto de 1803 y al Fiscal de la Hermandad (José Mª Fernández), la actual Cruz de Guía “de madera de cedro, y su adorno gateado, y perfiles de caoba y otras maderas”. En estos primero años se agrega con la Real Congregación de Alumbrado, Luz y Vela, a los Mínimos y a los Trinitarios Calzados, entre otras. También se agregaron varios conventos femeninos de Sevilla (515 religiosas de 23 conventos). En 1808 se suprime la muralla del Paso de la Sagrada Entrada y se sustituye por un arco que simula la puerta de entrada a Jerusalén.
Como consecuencia de la invasión francesa (entrada en Sevilla el 1 de Febrero de 1810) y de haber sido disueltas las comunidades religiosas, la Hermandad, después de permanecer algo más de dos siglos en la iglesia de Nuestra Señora de Consolación, se traslada el día 13 de Abril de 1810 a la Parroquia del Arcángel San Miguel donde coincide con las Hermandades de Jesús de la Pasión y de la Soledad.
Es en esta época es cuando se inicia una etapa de gran esplendor, siendo acontecimiento destacado el ingreso como Hermano de S.M. el Rey Fernando Vll el día 8 de Marzo de 1815, y la incorporación en años sucesivos de su egregia familia y de gran parte de la nobleza.
Este mismo Monarca, por Real Orden del 8 de Agosto de 1820, concedió a la Hermandad el título perpetuo de Real. Esta etapa de gran esplendor culmina con la concesión a la Hermandad por S.S. León XII del título de Archicofradía con la cualidad de Pontificia, en Bula de 3 de Febrero de 1824, convirtiéndose por este privilegio, en la primera Cofradía de penitencia de la ciudad que pueda llevar el título de Archicofradía Pontificia.
En 1827 de adquiere una nueva Corona de plata para la Virgen del Socorro (en estilo borbónico con imperiales en el canasto y estrellas entre los rayos, actualmente la luce la Virgen en el camarín y a veces el Domingo de Ramos) y se sustituye la Cruz original del Cristo del Amor que es entregada al mayordomo José Pérez de León gran benefactor de la Hermandad (esta Cruz volvió a la Hermandad en los años noventa, el mayordomo también adquirió para la Hermandad la Capilla de san Miguel donde se ubicaban los Titulares).
El 14 de Octubre de 1831 fueron aprobadas nuevas Reglas por el Consejo de S.M. Fernando Vll, mediante Provisión Real, refrendada por D. Gil de Ayala y Ayala y legalizadas el 2 de Noviembre del mismo año por el notario sevillano D. Felipe de Quintas. Durante estos años se celebraban con gran solemnidad y cuantiosos gastos el Quinario (durante cinco Domingos) y la Función a la Santa Cruz. Uno de los aspectos que más daba solemnidad a los Cultos era la interpretación de piezas musicales, que se conservan e los Archivos, dedicadas al Cristo del Amor, como las obras de Domingo Arquimbau (“Villancico a cuatro”, 1819) y Francisco Xavier Rodríguez (1836).